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UNA MIRADA DESDE
Tabla de contenido
1. SUMILLA
Los enfoques propios de la gestión del desarrollo para la comunidad con discapacidad están todavía en construcción. Tomando como punto de partida el supuesto que ninguna persona puede dejar de percibir de alguna forma el daño o el beneficio, no podríamos afirmar sin ofender o subvalorar al grupo objeto del análisis, que quienes son permanentemente discriminados no perciben el acto discriminatorio; sin embargo la sola percepción de la situación de discriminación no es suficiente e históricamente en la gestión del desarrollo para otros grupos minoritarios y altamente vulnerables ha resultado significativamente provechosa la incorporación de herramientas tales como el empoderamiento, no sólo a los aspectos tradicionales de la vida comunitaria como son la economía y la organización comunitaria; sino también a sus modos de pensar, a sus usos y costumbres etc. Pensamos que es necesario que esta herramienta se incorpore a la percepción, a la visión que la persona con discapacidad tiene de la discriminación, de modo tal que se configure un nuevo individuo y una nueva comunidad que la confronte constantemente y trabaje por su desactivación paulatina.
2. PALABRAS CLAVE
Personas con discapacidad, discriminación, empoderamiento, percepción empoderada, ciudadanía, derechos humanos, diversidad, respeto, inclusión.
3. INTRODUCCIÓN
La diversidad de formas en que el ser humano comprende su entorno y aprende los roles que la microsociedad en que vive le ha asignado, comúnmente impactan en la percepción que éste tiene de las situaciones, sean estas coyunturales o permanentes, positivas o negativas; que le incumben o le involucran indirecta o directamente. En este sentido factores tales como: la desinformación respecto de la calidad de invulnerable de sus derechos fundamentales, su propio autoconcepto, la experiencia ciudadana aprehendida, la perplejidad y el temor entre otras emociones recurrentes experimentadas al valorar o analizar en su realidad más próxima, los comportamientos, usos y costumbres, que pudieran estar agrediendo o protegiendo su dignidad, su bienestar o simplemente su espacio; adquieren peso específico significativo en el patrón ordinario de comportamiento frente a la discriminación y definen si su percepción de ésta es o no empoderada. Además de la presentación de algunos conceptos básicos y tips para observar y calificar de empoderada la percepción que la persona con discapacidad tiene de las situaciones más comunes de discriminación, reflexionaremos respecto de cómo facilitar el proceso de empoderamiento de esta percepción.
3. DESARROLLO
Encarta, una de las Enciclopedias de uso más común por niños, jóvenes y adultos tanto por su disponibilidad en varios idiomas como por su acceso amigable y su condición de apropiada para acompañar tareas escolares y universitarias, nos ofrece el siguiente concepto a propósito de la discriminación. Discriminar significa diferenciar, distinguir, separar una cosa de otra. La discriminación es una situación en la que una persona o grupo es tratada de forma desfavorable a causa de prejuicios, generalmente por pertenecer a una categoría social distinta; debe distinguirse de la discriminación positiva (que supone diferenciación y reconocimiento). Entre esas categorías se encuentran la raza, la orientación sexual, la religión, el rango socioeconómico, la edad y la discapacidad. Existe una amplia legislación contra la discriminación en materia de igualdad de oportunidades de empleo, vivienda y bienes y servicios. (Enciclopedia Encarta 2005: CD2) De aquí se desprende que la discriminación ha trascendido la simple acción de "hacer diferencias" y se constituye en una situación a la que concurren varios componentes y cuyo impacto ya no sólo se localiza en el presente sino que extiende sus consecuencias hacia el futuro mediato e inmediato; y no sólo recae sobre la persona que la sufre sino que es la comunidad de referencia de la que la persona objeto de esta acción proviene.
Estas consideraciones respecto de una definición casi contextual de la discriminación, nos permiten identificar un primer derrotero para intentar observar lo inobservable, ¿cómo está percibiendo la persona con discapacidad la situación de discriminación? Y ¿cómo está asumiendo su rol en este contexto discriminatorio? Serán entonces las respuestas que encontremos a estas dos primeras cuestiones, las que definirán el rol del facilitador. Es importante agregar aquí de todo cuanto se ha dicho del empoderamiento un estracto, lo que consideramos que se relaciona intrínsecamente con la percepción empoderada de la discriminación por razones de discapacidad. "El concepto de empoderamiento se utiliza en el contexto de la ayuda al desarrollo económico y social para hacer referencia a la necesidad de que las personas objeto de la acción de desarrollo se fortalezcan en su capacidad de controlar su propia vida". (Eumed.net, diccionario de términos económicos Online: http:(//eumed.net/cursecon/dic/oc/empoderamiento.htm). El empoderamiento se ha convertido en el paradigma de las teorías del desarrollo. Este concepto ha permitido que los individuos y sociedades que hasta ahora estaban de la toma de decisiones sean ahora el eje central de las intervenciones. Sin embargo, diversos obstáculos como la falta de una definición consensuada y el limitado trabajo empírico relacionado con este enfoque han impedido que las políticas de cooperación internacional hayan incorporado adecuadamente esta terminología. (Eumed.net, diccionario de términos económicos Online: http:(//eumed.net/cursecon/dic/oc/empoderamiento.htm).
Entonces si "el empoderamiento es un proceso que contribuye a que las personas y sus organizaciones puedan ser, hacer y decidir por sí mismas" (Cosude: 2004), la percepción empoderada de cualquier situación de discriminación que entorna a un individuo o a una comunidad de referencia, se caracterizará porque quienes la perciben se visualizan a sí mismos con derecho a ser, no experimentan vergüenza o cualquier emoción negativa respecto de la condición o característica personal o grupal por la que sus derechos se vulneran, así mismo, la pasividad, la conformidad, la perplejidad o la subvaloración de sus capacidades personales o grupales para interactuar con ese entorno son substituidas por un puede que obsesivo deseo de transformar o desactivar los factores, las circunstancias que mantienen el status quo y la inventiva o capacidad creativa para identificar e implementar las estrategias que le permitirán confrontar con tales situaciones; Finalmente debiera ser observable que las decisiones tomadas al respecto son autónomas con argumentación construida por los mismos individuos afectados.
El principal reto del empoderamiento para el caso de situaciones de discriminación, es luchar contra ésta y transformar en saludables, justas y equilibradas, todas las prácticas sociales institucionalizadas, que aparecen al ojo de un inexperto observador como intolerantes con la diferencia, irrespetuosas de la libertad y generadoras de inequidad. Donde el observador identifica una relación causal simple entre la situación de discriminación y las implicancias inmediatas para ciertos sectores sociales como el de la población con discapacidad cuyas oportunidades para conducir sus vidas son escasas o inexistentes. De ahí que no sólo resulte importante comprender las causas que explican por qué algunas personas y grupos son más poderosos que otros.(SIRKER, 2002 en Asocam / Cosude: 2005)
Sin embargo sería mejor no esperar siempre que los individuos o los grupos cuya percepción respecto de las situaciones de discriminación intentamos conocer es defectuosa, puede que la primera respuesta sea una percepción compleja de la situación de discriminación que parte de una experiencia personal trascendiéndola, subsiguientemente, el individuo o los grupos que sufren las acciones discriminatorias se conectan con su comunidad de referencia, para iniciar o unirse a una búsqueda colectiva de herramientas y recursos que le permitirán confrontar a él o a ella y a los demás miembros de su comunidad con situaciones diversas de discriminación. En el mismo sentido, puede que se configure ante los ojos del observador, un individuo ajeno a la conformidad mediocre, o a la impotencia mental de no poder cambiar nada con alguna cosa pequeña o grande que haga.
4. CONCLUSIÓN
Quien tiene alguna discapacidad y una percepción empoderada de la discriminación, no hace fantasías ni duerme sobre la utopía. Se reconoce un cuerpo diferente, un ser humano con diversidad funcional, pero ve, siente más allá de su discapacidad; sabe y comunica lo que sí puede hacer, muestra por sobre las circunstancias las capacidades remanentes, las que tuvo, tiene y tendrá, porque no han sido dañadas. Es así que no asume la discapacidad como una afectación general de sus facultades sino que la reconoce limitante pero también limitada. Así mismo, identifica los componentes discriminatorios de la situación en cuestión, evitando asociar estos a los usos culturales de una sociedad, los califica como negativos e intenta desactivarlos. Ningún facilitador podrá realizar su trabajo de empoderar la visión que los grupos tienen de las situaciones que los entornan si primero no ha sido un cuidadoso observador de las mismas y ha colectado todos los indicios que le permitan conocer esa percepción. Los facilitadores no encontrarán recetas y deberán ser cuidadosos con el discurso orientador, especialmente si no los afecta una discapacidad porque sin ella será más difícil colocarse respetuosamente en los zapatos de aquellos a quienes quiere ayudar a gestionar su desarrollo. Finalmente deberá evitar perder la perspectiva de su misión facilitadora, apuntando a que la percepción empoderada debe ser construida, trabajada, sudada por los mismos individuos y grupos que deben apropiársela.
5. BIBLIOGRAFÍA
Serie Reflexiones y Aprendizajes ASOCAM empoderamiento: Conceptos y orientaciones Secretaría Técnica ASOCAM-Intercooperation, Auspicia COSUDE.
Crespo Patricio, De Rham Philippe; y otros.
Octubre 2007
Octavo Seminario ASOCAM 2005
www.monografias.com
